15 enero 2010

El amor no siempre nos salva



El día siguiente sería tan entretenido como el ayer, me levanté radiante, todo iba a la perfección, la tarde fue cálida, el ambiente que se había creado era acogedor. Notaba como cada día era más débil, como mi cuerpo se iba debilitando día a día, porque todas sus energías estaban funcionando en mi corazón, que dolía tanto del amor que se movía dentro, pero esa debilidad no sería un problema para mí. Porque lo tenía a él, que con solo abrazarme me protegía durante toda la eternidad, nada ni nadie podría separarme de él jamás.
- hola, me gustaría hablar contigo.- Miré arriba y mi expresión cambio radicalmente – lo siento por lo de ayer ¿podríamos hablar y arreglar las cosas? – me levanté con desconfianza, algo olía mal, pero él me había empujado un poco como apoyando la conversación.
Caminé junto a ella, estaba algo incómoda, pero pensé que no sería la mejor manera de mantener una conversación algo sociable, nos íbamos alejando poco a poco de la multitud y no me estaba dando ni cuenta, debido a la curiosidad de lo que me quería decir, no quería mirarla, no al menos hasta que ella dijera algo, eso estaba provocando que la distancia aumentara más y más, incluso llegamos a un sitio que no conocía, se sentó en un banco de piedra, me acerqué y me senté a su lado.
- vaya, ¿siempre son tan impuntuales? – empezó a reírse, sonreía demasiado, y sus ojos desprendían un brillo que daba hasta miedo.
- ¿de qué hablas?
-ya lo verás, ¡ah! Ahí vienen – miré y vi como dos chicos se acercaban, no tenían buen aspecto, y eran bastante grandes, me levanté y ella me tiro del brazo para que me sentara de nuevo.- no te preocupes, no vengo a decirte que quiero ser amiga tuya…
-¿qué? – era más débil que nunca, y estaba en un sitio que desconocía, mi mente se había quedado en blanco y mi cuerpo paralizado. Ellos se acercaron y dirigiéndose a ella.
- ¿Es ella? Bueno no está nada mal, ven vámonos- uno de ellos me agarro por el brazo y tiró de mí, era increíblemente fuerte.
- Que os divirtáis – mis ojos se llenaron de terror al ver que realmente se había dado la vuelta y volvía al sitio de donde habíamos venido, sabía que no podía fiar de ella, forcejeé un poco pero era inútil, eran demasiado fuertes para mí.

Mientras…
- ¿no crees que tardan mucho? – dijo preocupado, miró al camino que habíamos tomado para ver si regresábamos.
- ¿Quién tarda mucho? – Preguntó un amigo, él le explicó lo que había pasado – ¿enserio has dejado que se vaya con ella? ¿Cómo te puedes fiar de ella? Después de todo lo que ha pasado… - mientras ellos hablaban vieron como una de ellas volvía y se sentaba junto a un grupo de personas y empezaba a reír y jugar con las manos.- Mira, ella ya ha vuelto y está sin Natalia. Los tres se miraron algo preocupados. Luismi se levantó y se acercó a ella…

Me habían llevado a un local abandonado o algo así, estaba oscuro y lleno de suciedad, era asqueroso, estaba muerta de miedo, y comencé a llorar, me tiraron al suelo, dolió más de lo normal, me miré las manos y tenía cristales clavados, la sangre empezó a brotar, lo veía todo borroso a causa de las lágrimas y el dolor.

Al acercarse al grupo las risas cesaron.
- ¿Dónde está?
- ¿De quién me hablas? – ella se levantó y se acercó mucho a él mientras acariciaba su rostro. Él la empujó.
- Dime donde está – ella rió.
- Está divirtiéndose con otros, no te preocupes la he dejado bien acompañada.- Se escuchó una risa de fondo y un comentario que se le clavó a Luismi en el fondo del corazón.
- No serás capaz de hacerle algo así a ella, no te ha hecho nada…
- ¿No me ha hecho nada? No estás conmigo, estás con ella, es suficiente, para hacerle algo así.

Me pusieron contra el suelo y empezaron a quitarme la ropa, era horrible, no me podía pasar algo así a mí, había hecho algo malo, y me estaban castigando por ello, no recordaba algo tan terrible para merecer un castigo así, cerré los ojos y pedí ayuda, pero no pasaba nada… era horrible, no quería que ocurriera esto… si algo tenía que salvarme que ocurriera ya… pero no, esto no era como en las películas, estaba condenada a cargar con esto el resto de mi vida.

Se fueron, ya se habían ido, nada me había ayudado, nada me había salvado, me sentía muy mal, y solo quería irme a mi casa, meterme en la cama y no salir jamás de allí, me dolía todo el cuerpo, pero lo que más me dolía era mi alma, era un dolor tan intenso que me cortaba la respiración, me miré los brazos, sangraban, pero no me dolían, estaba llena de heridas que no sabría de su existencia si no las hubiera visto con mis propios ojos… el dolor cesó, de repente, estaba vacía, en una habitación vacía, oscura…
- Pagarán por esto, lo siento por no haber estado ahí contigo, jamás volverás a ser atacada de esta manera, lo siento de veras, jamás volveré a quitar mi atención de ti.

Llegó al local y vio como la chica a la que amaba estaba tirada en el suelo recubierta de heridas ensangrentadas, su mente se silenció, la ira se había apoderado de su cuerpo…


1 comentario:

Tocado y flotando! dijo...

dios valla entrada. Es algo q no se le desea a nadie u.u