28 noviembre 2009

El comienzo del fin

En un cuarto oscuro se iban iluminando varias siluetas, reconocía a todos, estaba rodeada por amigos, conocidos, familia, vecinos… pero dentro de tanto calor humano, tenía un frío horrible, me sentía sola, estaba sola en este mundo tan grande. Abrí los ojos al notar como alguien me miraba y me golpeaba el brazo.

-¿Quieres atender? Luego dices que no te enteras.
-Hay tía déjame que estoy cansada- Mirándola con cara de odio.
-Escúchame, hoy tenemos que quedar para que nos enseñes sintaxis, que eres a la única que se le da bien.
-Vamos no me jodas – miré hacía la enana y esta le negó con la cabeza – vaaaale está bien, así yo también repaso para el examen de mañana, a las cinco en tú casa, me da igual quién esté o quién no, yo daré la clase y me voy para mi casa –se rió- que el ordenador me llama a gritos.
- Vamos a ver el fondo norte, que luego me venís llorando con los suspensos-dijo la profesora de lengua, mirando a Natalia.
-Que extraño, me ha parecido escuchar a un perro ladrar, el caso es que siempre me mira a mí- tras este comentario todas se echaron a reír.

Me coloqué cómodamente encima de la cama dispuesta a explicarles sintaxis a todas.
-Pero vamos a ver no es tan difícil tía ¿cómo no puedes entender algo tan simple como esto?-mira hacía cristina- ¿tú te enteras o qué?- Mientras Cristina asentía con la cabeza mi móvil sonó- umm un mensaje, vaya es misa, “Rukia! Estamos en el parke d al lado d t casa si este de arena, ¡baja! jeje bsus” escuchad, ahora subo, voy a conocer a estas en persona.
Fueron unas horas muy constructivas, pasando frio en la calle, no me cayeron mal, pero eran muy raras. Al volver a casa me puse a pensar sobre estas chicas, con qué facilidad me ha contado su vida amorosa y me acaba de conocer –sonreía con cara de superioridad mientras el portátil se estaba encendiendo- si están conectadas ya, empecé a hablar con Misa y me contó el lado triste de su vida amorosa, vaya no la conocía del todo, pero yo tenía a ese tío agregado en el tuenti, vamos a investigar.

Tras varios días desistí de hablar con él, vaya que estúpido que no contesta ningún comentario, mi rostro cambio y pensé, ¿se está burlando de mí? Me había escrito un comentario “siento no haberte contestado antes, ahora sé quién eres, me han hablado de ti, dame tu Messenger” me quedé como estúpida leyéndolo una y otra vez, pero al final cedí y le di mi Messenger.
Los primeros días fueron piques horribles por el Messenger, como uno se quedaba por encima del otro, debates éticos y morales donde no se faltaba el respeto en ningún momento.
¿Qué tenía él? me encantaba hablar con él, era como hablar conmigo misma, con respuestas que me sorprendían pero sabía, era muy interesante, pero yo ya lo había etiquetado como el típico que las tiene a todas detrás y tal vez pueda mal interpretar el cariño que le pueda estar cogiendo. Esa noche hablamos a las tantas como siempre, pero él se cansó, y me pidió mi número de casa, y me llamó por teléfono, empezó abrirse más y más a mí, contándome sus aventuras y desventuras.

El día siguiente se desarrollaba normal, jamás pensé que terminaría tan mal. Debidos a comentarios indebidos en alguna foto, se provocó una gran pelea por el tuenti, en la cual, yo me encontraba en medio, para evitar mi sufrimiento, él tomó la decisión la alejarse de mí, que decisión tan rastrera y cobarde… lo peor es como nos afectó a ambos, jamás pensé que por alguien que apenas conocía lloraría tanto si tan solo dejara de hablarme, era como si hubiera encontrado algo que no quería perder jamás, y él llegó a la conclusión… esa conclusión que ahora nos mantienen atrapados a ambos en el paraíso. “Somos almas gemelas, nos hemos encontrado y ahora separarnos sería mortal, no es amor, es mucho más que eso” él se apareció frente a mí y me tendió la mano, yo extendí la mía y solo cuando iba a rozar sus dedos… me desperté.

Me quedé tirada encima de la cama, pensando ¿qué clase de sueño era ese?, mirando hacía el techo recordé lo que había pasado ese último año, relaciones rotas, relaciones nuevas, gente nueva, gente que se va, gente que regresó, y pensando en Luismi encendí corriendo el ordenador a ver si estaba conectado, al ver que no, miré la hora y me reí, eran las doce todavía, este hasta las tres o más nada.
Mi vida había cambiado, era un paso nuevo hacia una nueva relación, una relación difícil, que me traería muchos dolores de cabeza, con una nueva enemiga que me llevaba años de ventaja, la cual se llamaba distancia, palabra que se me clavaba en el corazón cada vez que recordaba, pero ya quedaba poco para volverlo a ver, este viernes cogería un autobús con mi mejor amigo para ir a verle.
Me levanté a lavarme la cara, al colocarme delante del espejo se nubló y una fuerte punzada en el corazón me hizo caerme de rodillas al suelo, me llevé las manos a la cabeza y la volví a escuchar, esa voz “no te reconozco, tú no has cambiado, jamás cambiarás, no huyas de tu verdadero yo, recuerda quién eres” con los ojos en lágrimas me incorporé y me miré al espejo, por un segundo me pareció ver mis ojos negros y rojos.

Después de varias horas en el autobús pasando frío e intentado ir cómodamente llegamos a Sevilla, donde no había nadie esperando, menos mal que no iba sola esa vez… gracias a dios que no tardó en llegar, al verlo acercarse no pude hacer lo que tenía planeado, ignorarle por no estar esperando, no fui capaz de evitar besarlo y abrazarlo.

No hay comentarios: